9 feb 2014

PIEL

Piel. Sentí todas las capas de tu piel. Te sentí y sentí como me sentías. No pudimos evitarlo. Toda la tensión de nuestras neuronas no pudieron contra las simples e insignificantes células de todas las capas de nuestras pieles. Ellas, sabias, al fin más sabias que todas que todos nuestros complejos razonamientos dijeron que no era cierto que fuera imposible, más todavía, dijeronque no había otra posibilidad para nosotros. Todas nuestra inteligentes neuronashabían luchado denodadamente para que no ocurriera pero el instinto había vencido, como siempre. Sentí la prueba latente. Tu piel en la misma frecuenciaque la mía y ya no había escapatoria. Siempre recuerdo las sabias palabras que el joven le dice a su amada imposible, Cándida, en la obra de Bernard Shaw, "dentro de cien años los dos tendremos la misma edad". Cualquiera fuera nuestro impedimento, dentro de cien años ambos estaremos muertos y tal vez no habremos vivido lo que la vida tuvo la bondad de ofrecernos. Yo, que ni siquiera le temo al incesto, yo, que nací para la libertad he luchado contra mi instinto y estoy asombrada de la sabiduría de las células de nuestra piel.
Todas esas palabras que habíamos dicho, mintiéndonos, engañándonos a sabiendas, jugando peligrosamente, no habían servido para nada. Eran engañosas, tan engañosas, tan engañosas como lo dice Platón en Fedro, o como lo dice Borges en muchos de sus cuentos. Las palabras engañosas, pero la piel no miente porque es instinto puro, es lo que palpamos para saber que eres hombre y que soy mujer., Nuestras pieles se rebelan cansadas de tantas elaboradas elocubraciones de nuestras neuronas para sólo producir palabras mentirosas.
¿Por qué no pudimos controlar nuestra piel? ¿Sabes por qué? Porque se cargaban a cada instante de deseos, de ansiedad, de sentimientos, estaban aburridas de nosotros, de nuestros prejuicios, de nuestras mentiras, de nuestro discurso sobre la libertad de cada uno y nos mostramos la verdad. ¿Cómo podremos parar el instinto, el más elemental y verdadero de los entimientos humanos? No lo sé y no me interesa. Sólo me confunde. ¿Cómo haremoa para no tocarnos ahora que sabemos que es eso lo que queremos, lo que nos está pidiendo cada milímetro de nuestra piel? Acaso seamos tan sabiosa y libres como las células de nuestra  piel, acaso seamos engañosos y nos encerremos en la cárcel de los prejuicios que se encargarán de justificar con palabras sesudas  y razonamientos bien construidos que, en realidad, nada pasó. Y perderemos el regalo de vivir, de gozar, de permitir que nuestras estúpidas neuronas descansen. Es posible que seamos cobardes, que no nos permitamos gozar del privilegio que la vida nos ofrece y con ello supondremos ser realmente inteligentes.