17 dic 2014

13 de dic. 2014

Julio Cortázar, un escritor rebelde y sorprendente







(De Carmen Ortiz)

Quienes hayan leído profundamente la literatura de Cortázar y hayan transitado los distintos aspectos de su vida y su pensamiento, comprenderán por qué hoy se hacen tantos homenajes en el centenario de su nacimiento.
En mi primer libro sobre el autor  escribí: "…el 12 de febrero de 1984, moría de leucemia en París. La muerte reivindicó su personalidad ante la mojigatería de la derecha y la miopía de la izquierda que representan un número poco considerable de lectores pasivos, aquellos que jamás podrán comprender la aventura y la libertad de la propuesta cortazariana."(1)
"Como los rebeldes, como los renovadores, en fin, como los revolucionarios, pensaba y actuaba Cortázar". (2)
Vuelvo a citarme porque está relacionado con lo que voy a contar y que, a pesar de creer que he leído toda su obra y cuanto artículo o texto haya aparecido sobre él, esto que contaré lo desconocía. Dije en aquel primer libro: "Sé que misteriosamente en algún olvidado anaquel o en alguna caja escondida de una biblioteca puede estar esperándome un artículo, un ensayo, reseña o entrevista…"(3)
Este año 2014 se cumple el centenario del nacimiento de Julio Cortázar, y transcurridos los 30 años de su muerte, todavía siguen apareciendo datos casi desconocidos de su vida, como ser las clases de Literatura que el autor diera  en la Universidad de Berkeley, California,  en 1980 sobre su propia obra. (4) Se trata de interesantes análisis de su literatura clasificada y enriquecida con sus comentarios de cine, música, y otros aspectos, con la participación de sus alumnos. Descontamos desde ya la 
"correspondencia" del autor que hemos podido leer en sucesivos libros.
Pero si algo hubiera faltado para hablar de lo polifacética de la personalidad de Julio Cortázar (que hasta escribió letras de tangos) ha trascendido también que cuando el autor aún firmaba como Julio Denis publicó un libro de poemas -del cual luego renegó- (5) y escribió el guión para una película.
La historia es la siguiente: entre 1939 y 1944 Cortázar vivió en Chivilcoy donde  daba clases de Literatura en la Escuela Normal. En julio de 1944 se alejó para ocupar los cargos de catedrático en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, en  que había sido nombrado, en las materias Literatura Francesa y Literatura de la Europa Septentrional.
En Chivilcoy Cortázar concurría  a las reuniones de amigos en el estudio del fotógrafo Ignacio Tankel (Ignacio Tankelevich) y, a propuesta de éste, participó en la realización de un guión cinematográfico para la película "La sombra del pasado" que se filmara entre agosto y diciembre de 1945 (6) y de la que  Tankel fuera su director.
La película se estrenó en el cine "Metropol", de Chivilcoy el 25 de mayo de 1947. El guión se basaba en la novela  "Sangre nuestra"  de Alberto Guiraldo, "que narra el asesinato en 1910 del poeta modernista Carlos Ortiz, en dudosas circunstancias; también recupera parte del juicio a los sospechosos -la Municipalidad fue intervenida en aquella época porque se creía que el líder político que gobernaba entonces estaba involucrado-", según cuenta el escritor Hernán Ronsino, autor de la novela "Lumbre" que narra historias que ocurrieron en Chivilcoy. La novela de Guiraldo parece haberse perdido y en cuanto a la película que originó, "La sombra del pasado", sus negativos originales se perdieron en un incendio pocos años después de su estreno. Pero la filmación de esta película no pasó inadvertida para el cineasta Panero que, según palabras de Sebastián Fernández cuenta: "Sesenta años después de aquellos sucesos, el cineasta Gerardo Panero (también de Chivilcoy) decide investigar lo que ocurrió con 'La sombra del pasado': aparentemente, la o las únicas copias que existían se perdieron en un incendio junto con los negativos. Ese es el punto de partida para su documental 'Buscando la sombra del pasado' (2004), de veintiún minutos de duración. Panero se propone reconstruir todo lo referente al film de Tankel, desde su concepción ideal hasta su destino incierto, acudiendo para ello al testimonio de partícipes y testigos. Por fortuna, 'Buscando la sombra del pasado', -el documental que filmó al respecto- no pasó inadvertido ni se extravió: entre otros reconocimientos, fue invitado a participar de la muestra Presencias; se lo proyectó en la Feria del Libro de Chajarí (Entre Ríos, Argentina) y obtuvo el premio especial Mártires del puente Pueyrredón, otorgado al director en el 1er Festival Jóvenes Documentalistas, segmento del 1er Festival Latinoamericano del Documental. Tal vez éste sea el único documento que mantenga viva la memoria de Tankel y su primer film. Mientras tanto, el interrogante sigue abierto: ¿existirá alguna copia que no conocemos, que algún coleccionista receloso oculta? Habrá que ver el documental para averiguarlo."
Frente a esta situación no podemos negar que el enigmático final de la película guionada por nuestro autor es absolutamente coherente con el universo cortazariano.
______ 
Notas:
(1, 2, 3) Ortiz, Carmen: Julio Cortázar: una estética de la búsqueda; Buenos Aires, Almagesto, 1994.
(4) Julio Cortázar. Clases de Literatura. Berkeley, 2013.
 (5) Denis, Julio: Presencia; Buenos Aires, El Bibliófilo, 1938.
 (6) Astarita, Gaspar J.: Cortázar en Chivilcoy.

Ilustración: Julio Cortázar (Foto tomada de: letras,unmsm.edu.pe)
Nota tomada del periódico "Desde Boedo", Nº 149, diciembre 2014.
 Del Barrio   
 


24 nov 2014

HOMENAJE A CORTÁZAR

HOMENAJE A CORTÁZAR ( 1914-2014)



En la Trastienda del Bar Notable "Margot" leyendo textos de Cortázar, coordinando la Mesa de Homenaje . Leyeron Marta Lami, Patricia Sibar y
José Antonio Cedrón.

9 feb 2014

PIEL

Piel. Sentí todas las capas de tu piel. Te sentí y sentí como me sentías. No pudimos evitarlo. Toda la tensión de nuestras neuronas no pudieron contra las simples e insignificantes células de todas las capas de nuestras pieles. Ellas, sabias, al fin más sabias que todas que todos nuestros complejos razonamientos dijeron que no era cierto que fuera imposible, más todavía, dijeronque no había otra posibilidad para nosotros. Todas nuestra inteligentes neuronashabían luchado denodadamente para que no ocurriera pero el instinto había vencido, como siempre. Sentí la prueba latente. Tu piel en la misma frecuenciaque la mía y ya no había escapatoria. Siempre recuerdo las sabias palabras que el joven le dice a su amada imposible, Cándida, en la obra de Bernard Shaw, "dentro de cien años los dos tendremos la misma edad". Cualquiera fuera nuestro impedimento, dentro de cien años ambos estaremos muertos y tal vez no habremos vivido lo que la vida tuvo la bondad de ofrecernos. Yo, que ni siquiera le temo al incesto, yo, que nací para la libertad he luchado contra mi instinto y estoy asombrada de la sabiduría de las células de nuestra piel.
Todas esas palabras que habíamos dicho, mintiéndonos, engañándonos a sabiendas, jugando peligrosamente, no habían servido para nada. Eran engañosas, tan engañosas, tan engañosas como lo dice Platón en Fedro, o como lo dice Borges en muchos de sus cuentos. Las palabras engañosas, pero la piel no miente porque es instinto puro, es lo que palpamos para saber que eres hombre y que soy mujer., Nuestras pieles se rebelan cansadas de tantas elaboradas elocubraciones de nuestras neuronas para sólo producir palabras mentirosas.
¿Por qué no pudimos controlar nuestra piel? ¿Sabes por qué? Porque se cargaban a cada instante de deseos, de ansiedad, de sentimientos, estaban aburridas de nosotros, de nuestros prejuicios, de nuestras mentiras, de nuestro discurso sobre la libertad de cada uno y nos mostramos la verdad. ¿Cómo podremos parar el instinto, el más elemental y verdadero de los entimientos humanos? No lo sé y no me interesa. Sólo me confunde. ¿Cómo haremoa para no tocarnos ahora que sabemos que es eso lo que queremos, lo que nos está pidiendo cada milímetro de nuestra piel? Acaso seamos tan sabiosa y libres como las células de nuestra  piel, acaso seamos engañosos y nos encerremos en la cárcel de los prejuicios que se encargarán de justificar con palabras sesudas  y razonamientos bien construidos que, en realidad, nada pasó. Y perderemos el regalo de vivir, de gozar, de permitir que nuestras estúpidas neuronas descansen. Es posible que seamos cobardes, que no nos permitamos gozar del privilegio que la vida nos ofrece y con ello supondremos ser realmente inteligentes.