7 ene 2016

OLVÍDAME  Y DÉJAME OLVIDARTE


                                       “Nadie puede competir con un recuerdo”


                        AQUÍ, un poco triste, esperando… que algo me haga reír y sabiendo que sólo Luis siempre estará presintiéndome e impidiéndome que me olvide de él y que no me dejará olvidarlo, aunque, ambos sabemos secretamente, que debemos  pagar el error de no haber estado toda la vida juntos. Juntos desde aquella tarde cuando éramos dos bellos jóvenes, yo con mi pelo largo y mi cuerpo casi perfecto y llamativo, vos con tu rostro simpático, bello, alegre, con tus rulitos en la cabeza con los que yo después jugué.
                  HOY, ya es tarde para eso- hemos hecho una vida separada pero sin olvidarnos jamás. Desde algún lugar hay algo que te avisa cuando alguien quiere ocupar tu lugar y entonces apareces de cualquier manera, con tu presencia, tu voz o tu escritura, para recordarme que somos el uno del otro y también que ya no podremos estar “nunca” juntos pero que siempre estarás presente para decirme:”No pude olvidarte”.
                Acaso, nadie quiso ocupar o no pudo ocupar tu lugar, y estoy sola tratando de reemplazarte y vos deseando estar conmigo como cuando fuimos  aquellos lejanos jóvenes que se sentían capaces de abrazar el mundo, pero que luego se encontraron y desencontraron muchísimas veces.         No hubo nunca nada capaz de reemplazar lo que ambos sentimos y que no fuimos capaces de vivirlo, con otros, sin recordarnos.
          Seguimos distintos caminos. Y siempre que yo comenzaba otra historia volvías de alguna manera a aparecer para recordarme:                    “no podés ser de otro”. Y  si me quedaba sola, aparecías también `para hacerme sentir, con cierto egoísmo: “siempre estaré contigo aunque de lejos si no me dejás estar a tu lado, porque vivo otra vida, pero seguís estando conmigo, te llevo escondida en mi corazón como la primera vez que te vi, bellísima y atrapante, con tu pelo casi rojizo, largo, excitante  como una visión inolvidable”.
         Tal vez, ambos tuvimos miedo de romper la fantasía y preferimos recordar aquel bello sueño a la realidad, recordar que una madrugada nos despedimos llorando porque no era posible que estuviéramos separados. La casualidad o, que sé yo, nos juntó muchas veces pero tuvimos miedo de romper el encanto.
         Acaso lo nuestro fue como un sueño, a través de los años nos encontramos por casualidad en los lugares más insólitos. Tal vez, sea mejor que no nos volvamos a ver para que vos acaricies cada pedazo de mi cuerpo, - que ya no es tan bello- como lo hacías, y yo no juegue con tu pelo negro y enrulado que ya debe tener mechones blancos.
         Fue un hermoso sueño de amor y de entrega total – dejémoslo así- cada vez que tu voz me llega por el teléfono me sacude y que tu letra aparece ante mi vista me conmueve. No me pienses y permíteme que yo deje de pensarte.
         Lo otro sería sólo por un momento, y como ambos sabemos, no podríamos vivir ya juntos. ¡ Suéltame de una vez, mi amor lejano!

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