“LO QUE NO
TE MATA, TE FORTALECE" - ME
ESCRIBISTE.
Fue
como si volviera a es-cu-cha-r nuevamente tu cálida voz y ver tus ojos verdes clavados en mi piel
que te trae recuerdos de tu deseos inesperados y a destiempo, pero reales- no
olvidados, acaso porque nunca fueron saciados. Y volvió a vos esa revolución
que calienta tu sangre cuando pensás en mí y no hay ninguna razón- lo sé muy
bien – que pueda evitar esa revolución y, a la vez, ese temor que te invade
porque quisieras poseerme. No hay tiempo, no hay ningún impedimento – aunque
los haya- para impedir ese deseo brutal de poseerme hasta la última fibra,
saciarte de mí , aunque después debamos borrar de nuestros tiempos diferentes.
Ese secreto maravilloso, inolvidable, que en otro tiempo podría haber engendrado
un hijo tan fuerte como y bello como Polifemo.
Leer tus palabras fue como verte, otra vez, cerca de mí,
sobre mi, enloqueciendo acariciando y sorbiendo toda mi piel y mis redondeces y
penetrando mis perforaciones eróticas, hasta que ambos nos sintiéramos morir de
placer y yo gozando de tus manos fuertes, de tu temblor desesperado porque
ambos sabemos que será esa única vez, esa entrega total y que después ya no
importa nada , que hemos llegado al cenit del sexo y del amor, de la piel
deseada. Ya, después, ambos podremos vivir de ese recuerdo porque- lo sabemos-
es imposible estar juntos.
FEBRERO 2016