26 may 2010

"Juana la vida"

Mi primera novela

Cuando alrededor de 1958 empecé a escribir lo que después sería Juana la vida era, dicho en porteño, una pendex, muy joven y aunque me gustaba la lectura ni soñaba con llegar a ser escritora ni menos aún una graduada universitaria de Letras. Sólo divagaba, deambulaba y me hacía bien escribir, porque, como sabemos, escribir es terapéutico. Lo malo es que algunos nos acostumbramos a esa terapia sin medir las consecuencias. Escribía cuentos y algunos poemas, esta última tarea fue luego abandonada por mí después de leer a ciertos poetas como Neruda, González Tuñón y Borges, entre otros. Entre mis aspiraciones estaba destacarme en el teatro y, tal vez, en la danza y me dediqué a esos estudios. Así fue como en 1965 conocí al dramaturgo y abogado Agustín Cuzzani, que había escrito los textos para un espectáculo de teatro y danza que Otto Werberg presentaría en el Teatro Astral, y en el que yo participaba. A pesar de la vergüenza que me producía me atreví a hablarle a Cuzzani de mis cuentos. Él los leyó y le gustaron. Me presentó al entonces prestigioso editor Jorge Álvarez, que me dijo, después de leerlos, que estaba muy bien pero que volviera cuando tuviera un libro. Agustín Cuzzani me sugirió una estrategia para que esos cuentos pudieran tomar la forma de una novela o nouvelle. Así nació la idea de Juana que sólo nueve años después, en 1974, cuando encontré editor y pude vencer mis dudas sobre su calidad, fue publicada. Mi vida ya no fue la misma desde entonces. Además, me volví audaz y fui a ver a Eduardo Galeano que entonces dirigía la prestigiosa revista “Crisis” y le dije que era mi primer libro y que no conocía a nadie del periodismo, que, por favor, lo leyeran y sacaran algo. Y él sacó lo que sigue.

Revista “Crisis”, Buenos Aires, julio 1974, Nº 15.
Itinerario/ libros. Narrativa.
Juana la vida, por Carmen Ortiz
Ediciones Latinoamericana. 78 pp.

La historia de una muchacha que nunca se aferró demasiado a nada ni a nadie. La acción en Buenos Aires de 1958 a 1970.Juana no pudo soportar la detención de Julio Molina. En su vida había entrado un nuevo elemento, la angustia. Era distinto del dolor y se parecía a la tristeza. Durante mucho tiempo fue a visitarlo a la cárcel. Sin embargo ella sabía que nunca estaría en su vida, un día se cansó como se cansaba de todo y dejó de ir. Nunca volvió a saber de él hasta aquel día, después de tantos años, en que lo encontró y lo sintió tan distinto.(En Juana la vida, por Carmen Ortiz, p.27)

(P. D.: La modelo de la foto de la tapa soy yo en esa época. Sin palabras.)

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